Asfalto, tráfico, contaminación, edificios de casas y oficinas, miles de personas... La ciudad no parece el lugar ideal para que la fauna salvaje se instale entre nosotros pero, a pesar de ello, viven entre nosotros. La temperatura más elevada en invierno, la abundancia de alimento y una menor presión por parte de sus depredadores naturales, hace que encontremos multitud de especies conviviendo, día a día, con el ser humano en grandes núcleos urbanos.
Esta fauna silvestre genera servicios y beneficios ambientales (polinización, degradación de desechos, insecticidas y raticidas naturales...), contribuyendo a mejorar la salud de la ciudad y en definitiva, la calidad de vida de sus habitantes.
¿Cómo podemos facilitar la vida de estas aves? Simplemente, conviviendo con ellas de manera respetuosa y facilitando su alojamiento. Hay personas que consideran una verdadera molestia determinados hábitos de estas aves durante la época de reproducción, como los cantos que emiten para comunicarse pero eso un síntoma de que nuestra naturaleza sigue funcionando y el ciclo de la vida se reactiva en el mundo de las aves.
En Brinzal, hay algunas especies que son especialmente insistentes al caer la noche que os animamos a conocer. El autillo, nuestra más pequeña y urbana rapaz nocturna, anima nuestras noches y además nos libra de gran cantidad de cucarachas. Hagamos que estas y otras aves sigan conviviendo entre nosotros y dejemos que canten, todos saldremos ganando.
Consejo ofrecido por Brinzal: Centro de Recuperación de Rapaces Nocturnas #12mesesvolando
Información e imagen: Brinzal.