Cazados por su piel, las poblaciones de koalas disminuyeron drásticamente entre 1888 y 1927, dejando menos de 300.000 ejemplares. Hoy en día, los koalas se enfrentan a nuevas amenazas: son atropellados por coches, atacados por perros y padecen enfermedades que se han extendido a la mayor parte de la población que queda en la Tierra. Para agravar la crisis, el cambio climático está amplificando la frecuencia e intensidad de los incendios forestales, lo que obliga al koala a abandonar su hogar en el bosque.
La Fundación Parques Reunidos colabora en proyectos de conservación de koalas en Australia.