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Los delfines del Zoo tienen novedades: las dos pequeñas crías han cumplido medio año y siguen su proceso de aprendizaje general entre juego y juego. Una de las tareas más importantes es la de enseñarles a comer pescado, un proceso que en la naturaleza se inicia por imitación. En nuestro caso, se ofrece a las crías la posibilidad de coger pescado para que lo manipulen, jueguen y se acostumbren. Con los días, finalmente ingieren algún pequeño pedazo. Como con todos los procesos de entrenamiento, la clave es la paciencia; y saber que se trata de un proceso lento pero que no tendrá marcha atrás. Nuestros delfinitos Rumbo y Romeo comen ya más de medio kilo de pescado al día, aunque siguen reclamando su ración láctea de sus madres, Mancha y Mary respectivamente.
Además, seguimos entrenando a los delfines para mejorar sus habilidades. Pero en este caso no para mostrarlas frente al público, sino para que se puedan realizar chequeos médicos más completos y colaboren con entrenadores y veterinarios a la hora de tomar muestras o recibir medicación. Una de las tareas más importantes es que permitan la extracción voluntaria de sangre, lo que permite un control exhaustivo de su salud. Los delfines permanecen quietos, flotando en superficie, mientras se le extrae sangre. Es un proceso de lento aprendizaje, muy progresivo. No obstante, una vez entrenado, los animales lo asumen como algo natural y lo permiten tranquilamente cada vez que es necesario.