El biólogo conservador del Aquarium del Zoo de Madrid, Pablo Montoto, nos cuenta, en el post de hoy, su participación en el proyecto SECORE, un encuentro internacional que se ha desarrollado en la isla caribeña de Curaçao, del 7 a 17 de septiembre.
Los 13 participantes de instituciones americanas y europeas nos congregamos en Curaçao, coincidiendo con los desoves masivos de corales. El campo de trabajo incluyó varias sesiones formativas sobre la reproducción sexual de estos animales, la restauración del arrecife y los últimos descubrimientos sobre la ecología de estos animales.
El trabajo de campo se basó en la recogida de las puestas de ciertas especies emblemáticas del arrecife caribeño (corales cerebro y otros corales masivos), su traslado al laboratorio para su fecundación y el desarrollo del óvulo fecundado hasta obtener una larva. En ese punto, a las larvas de los corales se les ofrece un sustrato especialmente diseñado (tetrápodos de cerámica o cemento) donde se fijarán y, tras completar una metamorfosis, formarán un pólipo primario que crecerá desarrollando una colonia de coral. Aproximadamente, al año de edad (una vez que el coral ha adquirido una talla que asegura su supervivencia) estos tetrápodos son empleados para la restauración del arrecife.
Recogida de gametos de un coral en el arrecife: en el extremo superior del tubo de ensayo, se aprecian los aglomerados de esperma y ovulos que liberan los pólipos. Foto: Paul Selvaggio
La directora del campo de trabajo e investigadora del SECORE, Valérie Chamberland, trabaja con las puestas de corales a nuestra llegada al laboratorio, inmediatamente después de la inmersión nocturna. Foto: Brandon Polinsky.
También se trabaja con corales cuya estrategia reproductiva es otra: los incubadores. Estos, liberan larvas completamente formadas, listas para fijarse al sustrato. Con una sencilla instalación en el laboratorio es factible recoger estas larvas. Como esta producción es continua (a diferencia de los desovadores masivos que suelen desovar una o dos veces al año), estos corales son ideales para la restauración del arrecife y la investigación.
La técnico Kelly Latijnhouwers nos enseña a preparar la instalación para la recogida de las larvas de los corales incubadores. Foto: Pablo Montoto.
En paralelo, parte de estas larvas se destinan a la continuación de las investigaciones que se desarrollan en la estación biológica CARMABI, anfitriona del campo de trabajo, como son los materiales y diseños óptimos para la elaboración de los tetráopdos, la fauna bacteriana y las algas calcáreas que facilitan la fijación y posterior superviviencia de la larva de coral.
Preparación de las piscinas experimentales en una bahía del Curaçao Sea Aquarium. Estas jaulas no requieren de ningún mantenimiento durante todo el desarrollo embrionario del coral hasta la fijación a los tetrápodos que se incluyen desde el prinicipio en el interior. Foto: Brandon Polinsky.
El fin último del proyecto SECORE es la rehabilitación del arrecife mediante la educación, la investigación y la participación de los agentes locales. Este año, se ha continuado trabajando con una versión mejorada de las piscinas experimentales donde se completa el desarrollo embrionario de los corales hasta su fijación, sin asistencia de técnicos en un laboratorio. Una de las prioridades actuales del proyecto SECORE es posibilitar la rehabilitación del arrecife a gran escala y en lugares remotos, sin la necesidad de técnicos especializados ni un sofisticado laboratorio.
Foto principal del post: Para completar el proceso, se realizó una práctica de restauración del arrecife, fijando tetrápodos portadores de corales del campo de trabajo del 2016, como parte de las investigaciones sobre supervivencia y crecimiento que realiza el SECORE en esta zona. Foto: Kelly Latjinhouwers.