El Panda Rojo, uno de los animales más bellos del planeta, se encuentra en peligro de extinción. Por ello, el trabajo que realiza el Zoo de Madrid (han nacido 84 crías en las instalaciones) es aún, si cabe, más importante.
El Panda Rojo o Panda Menor siempre ha sido un problema para los zoólogos, que no han tenido claro cómo clasificarle. Hasta hace poco lo emparentaban con el panda gigante, aunque el último estudio le sitúa dentro de una familia propia e independiente, los Ailúridos, y es la última especie viviente de esta familia.
Fue descubierto en el año 1825 y entonces dijeron que era el mamífero más bello conocido.
Vive entre los macizos de bambú de China, al norte de Birmania y en Nepal. Es fundamentalmente vegetariano siendo el bambú fundamental en su dieta. Aunque pertenece al orden de los carnívoros sólo caza de vez en cuando algún pajarillo.
Esta especie está en peligro de extinción. El Zoo Aquarium de Madrid participa de forma activa en un Programa de Crías Europeos llamados European Endangered Species Programs (EEPs) cuyo objetivo es preservar su existencia.
En total, se han criado en el Zoo de Madrid 84 pandas rojos, una altísima tasa de natalidad que sorprende a propios y extraños. “Por un lado es muy bueno pero, por otro lado, nuestra población está muy representado a nivel europeo. Por ese motivo hemos tenido que saltar a otro continente”, explica María Delclaux, Conservadora de Mamíferos Terrestres del Zoo Aquarium de Madrid. Es decir, esas EEPs se organizan dentro de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA) a la que pertenece el Zoo. Normalmente, los intercambios de especies (que se realizan para que la población se mantenga sana genéticamente), se llevan a cabo en Europa. En este caso, la alta natalidad ha obligado a saltar la frontera.
Hay varias teorías: “Por un lado el clima, porque aunque no les gusta el calor del verano, el frío del invierno sí; y el bambú, come mucho bambú y se benefician de la cantidad de bambú que llega al Zoo para los Osos Panda. Es una alimentación muy adaptada a sus necesidades”, comenta María Delclaux.