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El Panda Rojo es una preciosidad de animal de cola anillada que fue descubierto en 1825 por Federico Cuvier.
Su clasificación taxonómica ha sido sometida a múltiples discusiones, aunque de momento se le emparenta con el Panda gigante. Guarda similitudes, igualmente, con el gato, y se le relaciona con los mapaches. Su cabeza es redondeada, el hocico corto, puntiagudo y de color blanco (como la barbilla y las mejillas). Las orejas, grandes, están rodeadas de pelo largo y blanco, si bien la parte trasera del animal es oscura. De pelaje largo y suave, las tonalidades van del castaño oscuro al amarillo, rojizo, marrón oscuro y negro. No presenta dimorfismo sexual.
Se distribuye en países asiáticos como Bután, India, Laos, China y Nepal, y su hábitat es el bosque templado.
El Panda rojo es un gran trepador, de manera que pasa la mayor parte de la vida durmiendo en las ramas de los árboles. Al ser de hábitos nocturnos, sus picos de actividad se producen al anochecer y al amanecer.
Vive en pareja o en clanes familiares, y se alimenta de bambú, sobre todo. Las hembras alumbran a sus crías en primavera, después de 135 días de gestación. Éstas permanecen junto a sus progenitores durante casi un año.