¡Solo por tiempo limitado! Descubre cómo conseguirlo aquí
Nuestra página de venta de entradas se encuentra en labores de mantenimiento temporalmente. Para realizar tu compra, accede de nuevo en unas horas. ¡Te esperamos!
¿Qué estás buscando?
La población de la foca monje en la costa atlántica de Mauritania se está recuperando, tras siglos de continuo declive. La colonia más grande de esta especie se encuentra en la península de Cabo Blanco y se ha triplicado desde 2004. Gracias a la aplicación efectiva del Plan de Acción en la zona, el número ha ascendido a 360 ejemplares en la actualidad.
Hace dos décadas, esta colonia estaba al borde de la extinción, pero el Plan de Acción de la CMS (Convención sobre la conservación de las especies migratorias de animales silvestres) logró revertir la situación.
La foca monje del Mediterráneo (Monachus monachus) solía habitar en el Mediterráneo, desde el Océano Atlántico hasta el Mar Negro. A partir del siglo XV, las focas comenzaron a ser cazadas por su pelaje y su carne. Estas persecuciones masivas, junto con el rápido desarrollo de las zonas costeras, diezmaron gran parte de la especie y llevaron a las poblaciones restantes (acostumbradas a descansar y reproducirse en playas abiertas) a trasladarse a cuevas aisladas en la costa.
A principios del siglo XX, la especie parecía haberse extinguido, hasta que en 1945 se descubrió una colonia junto a la península de Cabo Blanco. Medio siglo después, bajo el marco de la CMS, España inició un Plan de Acción en el año 2000 y lo ejecutó junto a Mauritania, Marruecos y Portugal.
La Fundación española CBD-Hábitat ha dirigido el programa desde su creación y lo ha llevado a cabo en cooperación con la ONG mauritana Annajah. El programa se basa en tres pilares:
Zoo Aquarium de Madrid, a través de Fundación Parques Reunidos, colabora activamente en este proyecto con su equipo veterinario in situ y aportando financiación para la protección y monitorización de la especie.
Hasta ahora, el Plan de Acción ha dado resultados impresionantes. El tamaño de la población de Cabo Blanco ha superado el nivel previo a 1997. Las focas monje vuelven a utilizar las playas abiertas de la reserva para reproducirse, y tras 10 diez años, una cría de foca monje ha nacido en una playa abierta. Todo un hito para la conservación de la especie.
Información e imágenes: CMS y CBD-Hábitat.