Conocido como el buitre egipcio, el alimoche (Neophron percnopterus) es un ave que no suele superar el metro y medio de envergadura. Una de sus grandes habilidades es la de utilizar la piedra como instrumento para romper los huevos de avestruz.
Los alimoches son fáciles de reconocer: tienen la cabeza y las patas amarillas. Su cuerpo y su cola son blancos, y las manchas blancas y negras de sus alas recuerdan a la Cigüeña Blanca. Son aves que se desenvuelven con agilidad en el aire describiendo círculos. En el suelo, son mucho más torpes.
El alimoche vive en taludes o riscos donde construyen toscos nidos. Son animales carroñeros que basan su alimentación en animales muertos, aunque también les gustan los huevos de avestruz. En época de reproducción, este pequeño buitre viaja hasta el sur de Europa, mientras que a la hora de invernar, prefiere el clima cálido de tierras africanas.
En España podemos encontrar esta especie en toda la Península Ibérica, excepto en una gran parte de Galicia, Murcia, Valencia y la costa de Barcelona. La población española, integrada por unas 1.500 parejas está considerada como el último baluarte de esta especie en Europa y está catalogada como especie en peligro.
En los últimos años, la población de esta especie en la Península se ha visto reducida en más del 25%. Sus grandes amenazas son el envenenamiento producido por el consumo de cebos ilegales, la pérdida de alimentos y la muerte por electrocución al chocar con tendidos eléctricos o choques con generadores eólicos.
Una oportunidad única para descubrir el comportamiento de estos pequeños buitres de cabeza amarilla es la exhibición de aves rapaces que organiza el Zoo Aquarium de Madrid. Un espectáculo en el que el alimoche comparte escenario con otras espectaculares aves. Niños y mayores quedaran boquiabiertos viendo ante ellos cómo el alimoche es capaz de abrir un huevo de avestruz utilizando una simple piedra. ¿Increíble, verdad?