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Visitar el Zoo Aquarium de Madrid es uno de los mejores planes para pasar un día en familia. Los niños se lo pasarán en grande en este zoológico de más de 20 hectáreas, que alberga más de 5.000 animales de 500 especies distintas. Proponemos una ruta paso a paso para no perderse nada.
Para aprovechar bien el día, toca madrugar. Una hora muy buena para comenzar la visita es a las 10:30 de la mañana, cuando abren las puertas del zoo. Antes de planear el recorrido, hay que pensar en las exhibiciones de animales que se quieren ver y sus horarios. Por ejemplo, la exhibición de Leones Marinos comienza a las 11:30h y está muy cerca de la entrada, una buena opción para ir abriendo boca. De camino a la instalación de los mamíferos marinos, los niños podrán acercarse al recinto al aire libre de los flamencos rosados. Después, los pequeños tienen una cita con los animales de la granja: cabras, cerditos, vacas y gallinas son algunos de las especies que vuelven locos a los pequeños.
Tigres, osos y rinocerontes son los siguientes protagonistas del recorrido. Niños y mayores disfrutarán de la grandiosidad de estos animales y de los andares elegantes de los tigres. Muy cerca de aquí, los lémures son otra visita obligada para los niños, que fácilmente reconocerán por la película infantil Madagascar cuyo acceso interactivo es totalmente gratuito.
Un poco más adelante se encuentra la pradera de los leones. El Rey de la Selva es también uno de los reyes del zoológico. Muy cerca de aquí se halla el continente Africano y su sorprendente fauna: cebras, ñus y jirafas. El largo cuello de estas últimas, que alcanza los 2,5 metros, son objeto de admiración entre los visitantes. Y desde el Mirador de la Sabana, recientemente estrenado, los visitantes podrán no sólo disfrutar de las mejores vistas del parque, sino de las 7 especies más características del continente africano.
De camino al Delfinario, los niños reirán a carcajadas con las piruetas de las diferentes especies de monos. Ya en el Delfinario, la exhibición de los delfines con sus saltos, juegos, sonidos y acrobacias imposibles son una parada obligatoria cuando se visita el Zoo de Madrid. Este es un buen momento para hacer una pausa, comer algo en uno de los restaurantes del zoo (el más cercano a la zona es la Hamburguesería Virunga) y recuperar fuerzas para continuar.
En esta zona del recorrido se encuentra el Aviario, escenario de dos espectaculares exhibiciones: la del vuelo libre de aves rapaces y aves exóticas. Ambas muy recomendables. El siguiente destino es el Aquarium, donde se recrean fielmente los distintos hábitats marinos. Pirañas, peces payaso, tiburones toro o tortugas gigantes son algunas de las especies más llamativas de las profundidades del océano.
A la salida del Aquarium, los niños descubrirán a un simpático osito de peluche: el koala, un auténtico devorador de eucalipto. Después, accederán a los recintos que albergan a osos, bisontes, jabalís y chimpancés, hasta llegar a la zona de los elefantes, donde se encuentra el pequeño Buba, el bebé elefante que nació en el zoo el pasado mes de marzo.
La visita no termina aquí. Aún queda por descubrir a los Osos Panda, otra de las grandes estrellas del Zoo de Madrid. De carácter tranquilo, estos osos disfrutan tumbados comiendo su mayor manjar: el bambú. Tras unas siete u ocho horas de recorrido, la visita finaliza en el punto donde empezamos. ¡Hasta la próxima!